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Aprovechar los residuos industriales para elaborar sustratos para viveros

Docentes de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, trabajando en distintos invernaderos, detectaron problemas en la calidad de plantines de tomates y pimientos. A partir de ahí, investigaron la causa y se pusieron a estudiar diversas formulaciones para elaborar sustratos para plantas, con desechos de industrias de la provincia como aserrín de eucaliptus o cáscara de arroz, entre otros.

 

Mónica Borgogno | [email protected]

 

A finales de los 90, la ingeniera agrónoma Claudia Gallardo, junto a su colega Osvaldo Valenzuela, estaban trabajando en temas de cultivos hortícolas en invernaderos de diferentes regiones de Entre Ríos y ahí observaron problemas en la calidad de los plantines que los horticultores producían en macetas de polietileno negro, sobre todo de tomate y pimiento.

Esa experiencia, fue apenas el puntapié para encarar una investigación vinculada al relevamiento y evaluación de residuos agroindustriales de Entre Ríos con potencial para la formulación de sustratos de cultivo.

A partir del proyecto identificaron a múltiples residuos de la agroindustria de la región, con potencial para sustratos de cultivo. Para eso, tuvieron que encarar análisis y experimentar con materiales, recursos varios y plantas. No les fue mal.

EL DIARIO conversó con Claudia Gallardo para consultarla sobre los resultados obtenidos y las alternativas para mejorar los cultivos de viveros de la zona, pero también la de los plantines de una huerta familiar cualquiera.

Uno de los objetivos del trabajo era precisamente acompañar a los productores en la transición hacia el uso de recursos sustentables para cultivos en contenedores. Además, con esta iniciativa, pretenden reducir progresivamente la extracción y el uso de suelo y turba subtropical en la formulación de sustratos para plantas, con el objetivo de conservar el ambiente agrícola y humedales.

“Pensamos que sería bueno estudiar la causa de los problemas que veíamos en la calidad de los plantines de tomate y pimientos y empezamos a buscar soluciones alternativas. A partir de estas ideas comenzamos a transitar el estudio de cultivos en sustratos, tema del cual no teníamos nada de formación, es más, lo llamábamos “tierra para macetas”. Desde aquel momento, investigamos qué materiales se podían usar para cultivar plantas en macetas o contenedores para viveros forestales, frutales, hortícolas, ornamentales, lo que se denomina o conoce como sustratos”, relató la directora del proyecto de investigación. “Lo que caracteriza al cultivo en macetas es que el sustrato se comercializa junto con la planta. Es un insumo que los dueños de los viveros e invernaderos demandan y consumen siempre, a diferencia del suelo in situ (tierra) que queda en el lugar donde la planta crece”, añadió.

 

Sustentable

Consultada sobre los materiales que suelen usarse para cultivar plantas en macetas, la docente señaló las turbas de diferentes orígenes, corteza de pino compostada y otros tipos de compost, perlita agrícola, vermiculita, etc. “El suelo o tierra también se usa, pero es un recurso natural no renovable, es muy pesado. Es un material no recomendable para estos usos, era justamente lo que utilizaban para los plantines de tomate y pimiento los horticultores que visitábamos a finales de los 90”, explicó.

Producto de la investigación realizada, descubrieron la potencialidad de armar sustratos con residuos de poda compostados, en aserrín de eucaliptus, otros con cáscara de arroz parborizado, con aserrín de eucaliptus degradado y corteza de pino molida.

“Los sustratos se demandan permanentemente, los viveristas siempre tienen que abastecerse para producir sus plantas para la venta (cítricos, nogales, arándanos, hortalizas, eucaliptus, pinos, ornamentales). Es como arena y cemento para la construcción”, graficó. Pues lo común “es recurrir a recursos naturales como la “tierra” o el mantillo de monte, pero se pueden emplear otros recursos que le dan más sustentabilidad a estos sistemas productivos”, advirtió Gallardo.

En efecto, según los estudios que hicieron en “Entre Ríos y otras provincias, el mantillo de monte y el suelo o tierra son los insumos más usados en la producción de plantas en macetas, pero en nuestra provincia, también se emplean otros recursos naturales como la turba del Delta y la turba de Concordia. La idea fue verificar la existencia de residuos de agroindustria con aptitud para sustituir a los materiales más críticos”, resaltó.

En la Facultad de Ciencias Agropecuarias, cuentan con un laboratorio específico. Allí analizaron los materiales desechados por las agroindustrias de la provincia como los generados por madereras, frigoríficos, molinos arroceros, entre otros, y con ellos prepararon sustratos e hicieron las primeras experiencias con plantas para evaluar el potencial de estos recursos para el cultivo.

Las fábricas de sustratos, viveristas y profesionales de la agronomía vinculados al sector de viveros (cítricos, arándanos, plantines hortícolas, viveros forestales, vivero de ornamentales, viveros de yerba mate), productores de cultivos sin suelo (frutillas, tomate, etc.), paisajistas que emplean sustratos para techos verdes y jardines en contenedores, son los principales destinatarios de esta producción de sustratos sustentables para el medio ambiente y que aportan calidad a la producción.

 

Resultados

“En los últimos años vimos que se afianzó lo que se denomina la economía circular, observamos mucho más usos de los residuos en la generación de energía (calderas), fabricación de aglomerados, empleo en camas de animales (avicultura, camas de caballos, lechos de mascotas). Pero siempre quedan remanentes que no tienen aptitud para esos destinos y esos son los recursos que estudiamos para sustratos de cultivo. En cuanto a los residuos de la agroindustria, son orgánicos en su totalidad, como aserrines, virutas, corteza de pino, cáscaras de arroz, contenido ruminal, entre otros”, subrayó.

 

Controles

Si bien existen normas que “regulan la elaboración, transporte y comercialización de los desechos industriales, para ser empleados como fertilizantes, mejoradores de suelo o como sustratos de cultivo, sin un tratamiento apropiado pueden acarrear problemas a la salud de las personas y a los cultivos en los que se emplean (presencia de propágulos de malezas, insectos plagas, salmonella, Escherichia coli, huevos de parásitos, etc.). No obstante, opino que los controles oficiales al respecto, no son suficientes”, resaltó la investigadora ante una pregunta puntual referida al manejo y control de los residuos de industrias locales.

“El cultivo de plantas en sustratos, elaborados a partir de residuos de agroindustria es una forma maravillosa de transformar un deshecho en una fuente de producción”, remató la docente.

 

 

 

 

Para destacar

 

Integrantes. El equipo de investigación de Claudia Gallardo, está integrado por la ingeniera María Celina Barrera, el ingeniero Rubén O. Valenzuela y el estudiante Martín Jáuregui.

 

 

 

 

 

 

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