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Argentina, 1985: conciencia de una realidad ficcionada

Inspirado en el juicio a las juntas militares que se sucedieron en el poder durante la dictadura que gobernó a nuestro país entre 1976 y 1983, el filme Argentina, 1985 fue nominado a los Oscar 2023, en el apartado a Mejor película en lengua extranjera. Además de recibir elogios por abordar un tema de enorme importancia en la historia reciente, el largometraje plantea una interesante discusión entre la ficción y el documental.

 

Alejo Román Paris

Especial para EL DIARIO

“¿Por qué tengo que ir al Oscar? ¿Qué creen que hay ahí?”, le cuestionaba el actor argentino Ricardo Darín a Alejandro Fantino en un contraataque a la pregunta del conductor del ciclo televisivo Animales Sueltos (Canal América), hace 10 años. “No es serio, es cholu (por cholulo). Tiene más que ver con la parafernalia que rodea a la cosa que con la cosa en sí misma”, había agregado también, argumentando su ausencia en la ceremonia de Hollywood cuando el filme que él mismo protagonizara, El secreto de sus ojos (Juan José Campanella, 2009), pudo quedarse con la estatuilla a la mejor película de habla no inglesa (popularmente denominada mejor película extrajera).

Una década más tarde, aquellos ecos del pasado reverberaron en el presente de uno de los mejores actores de la historia del cine argentino. Ocurrió cuando, en la víspera a la ceremonia de los premios Oscar 2023, confirmó que viajaría a Los Ángeles para acompañar Argentina, 1985. El metraje, protagonizado por Darín y Peter Lanzani y escrito por Santiago Mitre y Mariano Llinás, que ficciona parte del proceso judicial a las juntas militares que gobernaron al país desde 1976 hasta 1983, representó a Argentina entre las películas nominadas en la categoría antes referenciada.

Fue el propio actor que encarnara al fiscal Julio César Strassera (1933-2015) quien volvió sobre sus palabras mencionadas 10 años atrás. Ocurrió cuando, al confirmar su presencia en los Oscar, dijo que había tenido que revisar sus declaraciones del pasado. Además, Darín argumentó que en esta oportunidad (a diferencia de su participación en el reparto de El secreto de sus ojos) su presencia en la ceremonia se debe al rol de coproductor asociado (Ricardo encabeza Kenya, la productora que formó junto a su hijo y que participó como productora asociada en el largometraje que representó al país en los Oscar 2023).

El metamensaje

La película tiene una escena en donde, a partir de una teoría postulada por un usuario de Twitter, se debatió si tiene o no conciencia de sí misma. Todo empezó por el mes de octubre de 2022, cuando un usuario twitteó que en una determinada escena del filme existe un mensaje que va más allá del guion. “De Argentina, 1985, lo que más me gustó es un detalle en el que la película se pliega sobre sí misma, es decir, tiene conciencia de que es una película”, arriesgó, para luego comenzar con el desarrollo argumentativo.

“El juicio ya comenzó, la cosa va bien y el personaje de Norman Briski le dice a Darín que no tiene que decir que van bien. Que tiene que estar más atento que nunca. ‘Es verdad, hasta acá lograste atención, lograste emoción’”, explica el usuario Juanjo Conti, que además de Ingeniero en Sistemas es escritor. Y sentenció: “Es un mensaje de los guionistas a sí mismos”.

El postulado se centra en una escena que tiene como principal elemento al Ruso, interpretado por Norman Briski. Un personaje que, cabe aclarar, no retrata a alguien de la historia real, sino que es un artificio de los guionistas. El Ruso es introducido como una fuente de consulta recurrente del fiscal Strassera, y es precisamente en una de las escenas donde ambos personajes se encuentran solos cuando el Ruso alienta al fiscal con la frase antes referenciada. Es ahí donde la teoría marca que, mediante el Ruso, los guionistas envían el metamensaje. Ahí es donde el público que hay que convencer dejar de ser el de las audiencias del juicio, para convertirse en los espectadores de la película.

La teoría tomó repercusión por una respuesta particular, entre tantas otras que el usuario de Twitter recibió en su publicación. Si bien el mensaje fue monosilábico, la relevancia no fue el qué, sino el quién. Dicho de otra manera, no fue tan importante el sintético “No” de la respuesta, sino el @bombitadarin que podía leerse en el usuario que emitió la respuesta. Ese fue el nombre que Ricardo Darín eligió, rindiendo honor a su personaje en Relatos Salvajes (Damián Szifrón, 2014), para desembarcar en Twitter.

A pesar de la negativa del actor argentino, fue el guionista Mariano Llinás quien en radio Vorterix confirmó la teoría del usuario por sobre la negativa de quien interpretó a Strassera.

Referencias

A lo largo de la cinematografía hemos visto diferentes ejemplos donde el guion incluye un mensaje que va más allá de la propia ficción. El más clásico quizás sea el “I’ll be back” (volveré) que pronuncia Arnold Schwarzenegger encarnando al exterminador en diferentes piezas de la saga Terminator. Ese no solo es un mensaje del personaje a otros, sino que además es una referencia a una característica del personaje que se irá agudizando conforme al estreno de las diferentes películas: Terminator siempre está volviendo. Regresemos a Argentina 1985. Resulta interesante relacionar la teoría del metamensaje con las críticas que recibió la película. Desde ese aspecto, la mayoría de los críticos esgrimieron argumentos que se vinculan con la falta de fidelidad a la historia real. Pero los guionistas se han defendido alegando licencias creativas, y argumentando que buscaron crear un filme que se inspira en una historia real, pero que no la retrata a modo documental. Así es que la teoría puede cobrar relevancia en ese aspecto, teniendo en cuenta que el mensaje encriptado de los guionistas hacia los espectadores es un recordatorio de que lo que están viendo es una película, y no la realidad de lo que pasó. Una huella de la conciencia de los guionistas respecto de la polémica que podría suscitar el filme.

Desde este punto de vista, Argentina, 1985 puede haber marcado un punto de inflexión a la hora de pensar en las películas basadas en una historia real. A partir de los cuestionamientos que se le han hecho, entre lo que omite abordar de la historia real o en cuanto a la perspectiva desde donde se lo aborda, pero sobre todo teniendo en cuenta que el tema del filme evoca un fragmento tan sensible como fundante para la historia reciente de nuestro país.

 

 

 

 

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