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Beatriz Repetto, militante singular de los salones de arte

La ponderación de la mujer surge clara en la obra de Beatriz Repetto, una artista plástica, docente y militante cultural, que hizo un camino propio, aunque enracimada a una generación, desde Paraná. En su vida cotidiana rompió el molde de lo ya establecido y privilegió el desarrollo de las artes por encima de cualquier proyecto doméstico.

 

Angelina Uzín Olleros | [email protected]

 

Beatriz Repetto nació en la ciudad de Rosario en el año 1929. Cuando tenía seis años su familia se radicó en Paraná ciudad donde creció y vivió el resto de su vida. Por cierto, ella no se consideraba rosarina, sino entrerriana.

Su generación ha dejado una impronta importantísima siendo algunos de sus exponentes Artemio Alisio, Carlos Asiaín, Imelda Banchero de Luque, Carlos Castellán, Jorge Santángelo, Juan Carlos Migliavacca, Gloria Montoya, Celia Schneider, Alberto Simonelli, Juan Gerardo “Tati” Zapata y Daniel Zelaya.

Sus hijos la recuerdan diciendo que ella llegaba de trabajar y comenzaba a pintar. El arte fue su pasión y su proyecto personal de vida. Era sin duda una mujer espacial porque no solamente había salido del espacio doméstico reservado exclusivamente a las mujeres, sino que a ella nunca le interesó habitarlo.

Desde muy joven Beatriz Repetto la vocación artística le fue marcando el rumbo de su existencia. De niña, dibujaba en cada papelito que encontraba. Fue su mamá la que le impulsó a formarse en la Escuela de Artes Visuales, institución a la que abrazó desde los 8 años de edad. En principio, se inclinó por el dibujo y la pintura; luego hizo la carrera de cerámica.

Como empleada, se hizo un lugar desde abajo: arrancó como preceptora y, de a poco, fue tomando algunas horas. Como artista, se reconoce como retratista, aunque ha realizado paisajes y obras de naturaleza muerta. Como persona, Beatriz Repetto fue afable, de buen trato y de convicciones firmes.

 

Los estigmas

De su primer matrimonio nacieron sus hijos Alejandro y Gualberto Heinrich. Cuando Beatriz se separó tuvo que afrontar en carne propia la situación que tantas mujeres padecieron por ser estigmatizadas luego de un divorcio. Sin ir más lejos, allá por el año 1963 perdió su trabajo en el Colegio Nuestra Señora del Huerto en el que se desempeñaba como docente.

En su rica trayectoria aparece que Beatriz Repetto trabajó en el equipo de arte de Paranatex en la sección de diseño textil. También fue destacada su actuación en la Escuela de Artes Visuales creada por los integrantes de la Agrupación Cultural Victoria de la cual Beatriz era integrante. A principios de 1966 la mencionada agrupación estaba presidida por el abogado y juez Raúl Ricardo Trucco, cuyo nombre fue propuesto por la comunidad educativa para designar a la entonces Escuela Provincial de Artes Visuales, mediante una Resolución del Consejo General de Educación. Durante el primer año, las clases se llevaron a cabo bajo la dirección del Profesor Roberto López Carnelli, entonces director de la Escuela de Artes de Paraná, y la Vice dirección estaba a cargo de Beatriz Repetto, quien al poco tiempo fue nombrada Directora.

 

Caminos

Años más tarde Beatriz conoció a Marcelino Román (1908-1981). De su matrimonio vía Uruguay, como ocurría en estos casos antes de que se sancionara en nuestro país la ley de divorcio vincular, nació su hija, Ana Román. Como se sabe, Marcelino vivió parte de su infancia en el campo y en la Villa Antelo, luego se radicó en Nogoyá y allí se inició en el periodismo, ejerció esta profesión en ciudades de Entre Ríos. Instalado en Paraná, por varias décadas continuó las tareas periodísticas hasta obtener la jubilación como secretario de Redacción de EL DIARIO. Fue precisamente durante una entrevista que Marcelino Román realizó a un grupo de artistas para EL DIARIO que se conocieron con Beatriz Repetto. Con el tiempo, constituyeron una familia.

Así, Marcelino Román y Beatriz Repetto fueron una pareja que combinaba actividades culturales y dejaron una impronta en Entre Ríos. Él fue fundador y presidente del Centro de Estudios Folclóricos de Paraná y, como escritor, publicó numerosas obras, entre las que se destacan Calle y cielo (1941), Coplas para los hijos de Martín Fierro (1949), Itinerario del payador (1957) y Comarca y universo. Recientemente se editó Pájaros de nuestra tierra.

El 1992 su hija, Ana Beatriz Román Repetto ofreció, mediante nota a la Directora de la Biblioteca Provincial de Entre Ríos, la colección de su padre para que puedan ser muchos los que saquen provecho del beneficio de su lectura.

El Fondo Bibliográfico Marcelino Román cuenta con más de 4.000 volúmenes. Tiene una temática de gran valía para los entrerrianos, ya que reúne importantes obras de nuestros autores en la especialidad de folklore, literatura, historia y obras de cultura general, que seguirán sirviendo desde los anaqueles de esa biblioteca, a los que se agregan manuscritos inéditos del autor. En el año 2008, Ana Román y Beatriz Repetto hicieron entrega de los libros que aún estaban en su domicilio para integrarlos al Fondo ya incorporado.

 

Una obra vasta

 

Beatriz era profesora de dibujo y pintura; también profesora de cerámica y muralista. Sus pinturas retrataban personajes y también reflejaban paisajes de río, árboles, caminos. La vieja ciudad de Federación fue también escenario de sus trabajos inspirados, junto a un grupo de artistas que dejaron plasmadas las imágenes de una ciudad que se perdería bajo el agua. Retrató además a gobernadores de Entre Ríos, obras que se encuentran en un salón de la Casa de Gobierno especialmente conformado a esos fines.

 

Desde el año 1950 recibió numerosos premios, entre los que se destacan ilustraciones de poemas, de manchas, de artistas entrerrianos, de integrantes de salones de arte. Sus cuadros han sido expuestos en varias provincias argentinas, algunos integran colecciones privadas, otros se exponen de manera permanente en museos. En países como Brasil, Estados Unidos y África hay cuadros de su autoría también en colecciones privadas.

Beatriz Repetto

(1929-2019)

Paranaense por adopción, desde temprana edad Beatriz Repetto se instaló en la ciudad con la que se fue involucrando hasta sentirla como propia. Su carrera de formación la hizo en la Escuela Provincial de Artes Visuales, donde además ejerció la docencia. Integró jurados en certámenes oficiales y privados. Realizó exposiciones individuales y muestras grupales como las de la Agrupación de Artistas Plásticos de Paraná y el Salón de Dibujo y Grabado del Chaco, entre otras. Obtuvo Premio en el Concurso de Plásticos Entrerrianos, Premio Gobierno de Entre Ríos, Premio Estímulo de Plásticos Entrerrianos y varios otros. Retrató gobernadores de Entre Ríos, obras que se encuentran en el Salón de los Gobernadores de la Casa de Gobierno.

 

Motivos de un espacio

Cuando hablamos del espacio el sentido común nos lleva a pensar en astronautas, naves y satélites que recorren la galaxia; pero el espacio en general y los espacios en particular tienen relación aquí con los lugares que ocupan las mujeres y que fueron negados históricamente. Las mujeres espaciales salen del universo doméstico cerrado y delimitado por los poderes de turno para ocupar espacios laborales, políticos, económicos, artísticos, luchando por conquistar derechos en lo público y terrenal.

 

 

 

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