La querella por la AFIP advirtió contradicciones en el testimonio del escribano Carlos De Ángeli, que participó en la confección de escrituras de traspaso de bienes de la firma Miguel WAigel y Cia SA, que quedaron en grado de tentativa ante el arrepentimiento del titular de la firma en seguir con la maniobra. También declararon ex trabajadores de una cementera de la firma y sostuvieron que sus recibos de sueldo llevaban el sello de la firma Waigel.
En la continuidad del debate que se sustancia contra 21 imputados del delito de Insolvencia fiscal fraudulenta agravado por haber sido cometido con la concurrencia de dos o más personas, en calidad de autores, coautores y partícipes necesarios, según los roles endilgados a siete integrantes de la familia Waigel, entre ellos su presidente e integrantes del directorio de la firma Miguel Waigel y Cia SA, y 14 personas más, se destacó el testimonio de los escribanos Carlo De Ángeli e Ivana Ladner. También declararon extrabajadores de una cementera de la empresa Waigel que ratificaron lo que declararon colegas suyos en una audiencia anterior.
Fuentes judiciales precisaron que De Ángeli sostuvo que los imputados Daniel Eduardo Campos y Silvana Rosa Beatriz Vargas se contactaron con él para realizar nueve escrituras. El testigo manifestó que las escrituras se realizaron en su estudio en Paraná. En este punto, la querella por la AFIP le señaló una supuesta contradicción: le recordó que los imputados, Sonia Marisa Milessi y Daniel Aníbal Goro, y otros testigos, manifestaron que se confeccionaron en Crespo y Hasenkamp, incluso algunos testigos dijeron que los imputados señalaron que fueron acompañados por una persona de apellido Orsich, pero De Ángeli lo negó.
Transferencia de dominio
Según la acusación contra Miguel Artemio Waigel por la insolvencia fraudulenta de la firma de la que era presidente, De Ángeli y el escribano Hernando Garmendia Molas, participaron en las operaciones de transferencia de dominio con las que el imputado habría “simulado el traspaso de bienes mediante un negocio oneroso (compraventa), usando idénticas e interpósitas personas y la intervención de los mismos escribanos”. La acusación señaló que aquellas transferencias –“el negocio simulado”- se revocaron el 1° de agosto de 2009; por lo que “las conductas prohibidas” quedaron en grado de tentativa porque se consideró el “arrepentimiento” de Waigel en “seguir adelante el camino criminal del tipo penal endilgado”.
De Ángeli, según se indicó a EL DIARIO, sostuvo que el pago de los inmuebles se realizó antes de la confección de las escrituras, y se añadió que llamó la atención que expresó que Campos pagó los honorarios, cuando lo habitual es que los abone quien convoca al escribano o quien compra el inmueble. El escribano sostuvo que no recordaba lo que sucedió en 2009, señaló que la sindicatura no lo trató bien, ni en su persona ni en su investidura. Otra manifestación de De Ángeli que llamó la atención consistió en que expresó que todo lo que observó le pareció habitual.
También manifestó que intervino en certificaciones de poder y de firmas de Artemio Waigel y en la cesión de Cementos del Paraná al imputado Vicente Raúl Mendoza. Añadió que Artemio Waigel pagó en efectivo los honorarios y recordó que de aquella escritura se realizó un distracto, que es la anulación de una escritura, del que dijo que no recordaba quién lo abono, pero añadió que generalmente lo paga el que lo solicita.
Fideicomiso
A su turno, Ladner, recordó que participó en la constitución de fideicomisos sobre administración de inmuebles, en 2009; que recibió los pagos de Artemio Waigel, que la persona de confianza designada para el fideicomiso fue Jorge Guillermo Waigandt, añadió que desconocía que la firma estaba en concurso. También expresó que los escribanos están obligados a realizar reportes de actividades sospechosas.
También declararon empleados de la cementera Hormiwai, de la firma Waigel que funcionaba en el Parque Industrial de Crespo. Como declararon otros colegas en la jornada anterior, ninguno recordó el allanamiento de AFIP a la firma, en 2006, y que haya intervenido el Ministerio de Trabajo; recordaron que renunciaron en 2009, y ratificaron que los recibos tenían el sello de la firma.
Uno de ellos recordó que antes de que los hermanos Waigel se separaran, todos cobraban en tiempo y forma. Esta declaración puso en exhibición que los hermanos Waigel mantenían una disputa familiar que se habría cristalizado en 2008 cuando dos se escindieron de la firma. En ese sentido, las sospechas recaerían sobre un hermano y deslindaría de responsabilidades a otros dos.
Los extrabajadores coincidieron con sus colegas que declararon antes en que ninguno recordó que se haya alquilado la empresa Cementos del Paraná. También en que nadie conocía a Mendoza y en que los miembros de la familia Waigel concurrían a la sede de la cementera, sobre todos los fines de semana, en distintos y números autos de alta gama.
Este viernes 25 de marzo declarará Schmidt Bender
Mañana, viernes 25, prestará declaración indagatoria el imputado Horacio Felipe Schmidt Bender. Éste es pareja de la escribana pública e imputada Patricia Liliana Quesada, que según la acusación “intervino tanto formalizando diversos instrumentos tendientes a la conformación de sociedades comerciales constituidas como futuras recipiendarias de los activos de la firma Miguel Waigel y Cia SA, como adquiriendo, junto a su cónyuge dos inmuebles de dicha firma”. La acusación sostiene que “la relación de parentesco que une a Quesada con la familia Waigel, constituye una buena razón para tener por acreditado el pleno conocimiento que mantuvo tanto de cada uno de los actos que realizó como, fundamentalmente, de la finalidad que los motivó”.
También agregó que “por su parte, el mencionado Schmidt Bender colaboró asimismo en la quiebra fraudulenta de Miguel Waigel y Cía SA, en perjuicio de la masa de acreedores y de la AFIP-DGI, ocultando en el campo cuya propiedad comparte con su hermano Sergio Gustavo Schmidt, una planta hormigonera móvil…”.
Finalmente se señaló que “sus vinculaciones familiares con la familia Waigel como así también el hecho que ambos poseen especiales conocimientos del derecho, en tanto son abogados, aportan serios indicadores del dolo con el que actuaron”.
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