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El color de la camioneta pone dudas sobre la investigación

La investigación por el crimen de Adrián Martínez, ocurrido el miércoles 8 a las 22.30 en barrio San Agustín, en Paraná, tiene un único imputado: Diego Garcilazo. Para Fiscalía fue la persona que le disparó a la víctima por la espalda, por un ajuste de cuentas por un robo a mano armada al local comercial del imputado. El acusado declaró ayer, respondió preguntas y negó cualquier participación. Resaltó que el robo que se esgrime como «móvil» del crimen, ocurrió dos meses atrás.

 

Redacción EL DIARIO / [email protected]

 

Diego Garcilazo regresó ayer a la Unidad Penal N°1 de Paraná para cumplir 45 días de prisión preventiva en el contexto de la investigación que se sustancia para esclarecer el homicidio de Adrián Martínez, alias Paqui, ocurrido el miércoles 8 de marzo a las 22.30 en la esquina de El Rodeo y El Boyero, en barrio San Agustín, en el oeste de Paraná. El hasta ahora único imputado por el hecho, cumplió una pena de 9 años de prisión que caducó el 18 de noviembre de 2022.

Ayer, el juez de Garantías de Paraná, Julián Vergara, resolvió hacer lugar al pedido del fiscal, Juan Ramírez Montrull, y dictó la prisión preventiva de Garcilazo en la cárcel. Entendió que se configuran los riesgos procesales de peligro de fuga y de entorpecimiento de la investigación. La defensora pública, Mariana Montefiori, se opuso y pidió la morigeración en la modalidad de arresto domiciliario por 30 días. Vergara entendió que no era suficiente para resguardar la tranquilidad de los testigos ni para evacuar el peligro de fuga y culminar la investigación, de la que están en trámite pericias a celulares y cámaras de seguridad de la zona.

 

PREGUNTAS

Garcilazo prestó declaración indagatoria ayer y respondió preguntas del fiscal. Negó enfáticamente tener que ver con el crimen. Fiscalía, al enumerar la evidencia que se pudo recabar en los cinco días de ocurrido el hecho, destacó que la camioneta Ford Eco Sport de Garcilazo estuvo aquel día rondando la zona. Sostuvo la evidencia en el testimonio de vecinos de la zona del crimen. El imputado no lo negó, pero sostuvo que fue así porque su familia y el local comercial que regentea están ubicados en la zona del hecho. En este sentido, brindó un detallo relato de las acciones cotidianas que realiza cada día.

La defensa cuestionó que en el relato del hecho que se le atribuye a su defendido, que también atraviesa otro proceso por un presunto robo a mano armada a un supermercado chino, se cierra la apertura de la causa sosteniendo que el rodado era negó y de vidrios polarizados. Así, informó que el rodado de Garcilazo es azul y los vidrios no son polarizados. También añadió que este vehículo tiene un detalle que ningún testigo u observador podría soslayar. Respecto de la causa que se le sustancia por el robo, la defensora informó que también lo asiste en aquella y añadió que está lista para solicitar el sobreseimiento.

El juez, explicó que el relato del hecho que se formaliza en la apertura de causa se puede reformular con el avance de la investigación, sin embargo, a la hora de evaluar el cuestionamiento de la defensa respecto del color y el polarizado de los cristales del rodado, incorporó la condición de “oscuro”. Así, además de considerar otras evidencias que enumeró el fiscal, dio por acreditados los riesgos procesales con el grado de provisoriedad de la etapa. La defensa rechazó los riesgos procesales invocados por Fiscalía argumentando que Garcilazo ya pasó por un proceso penal, en el que fue condenado, sin que intentara eludir el accionar de la Justicia ni entorpecer su trabajo.

¿Móvil?

Fiscalía sostuvo que Garcilazo cometió el hecho en compañía de otra persona que aún no fue identificada. Expresó que ambos descendieron de la Eco Sport armados y que Garcilazo le dijo a la víctima, según el testimonio de tres testigos presenciales, “viste cómo te agarro, ¿qué vas hacer ahora?”.

El motivo de la búsqueda, encuentro y ajusticiamiento de un disparo por la espalda, sería el robo a mano armada del drugstore de Garcilazo, ocurrido el 25 de enero, de dónde los autores se llevaron entre 10.000 y 15.000 pesos y el celular de la hija de aquel.

Ayer, Garcilazo reconoció que hizo la denuncia por el hecho. Sostuvo que habló con Martínez, a quien encontró en la plaza de barrio San Agustín, y con el hermano de aquel. Declaró que los conoció cuando estuvo preso. El primero negó el asalto y el hermano le dijo que iba a averiguar si su familiar tenía que ver con el hecho contra el local comercial. También reconoció que le dijo al hermano de la víctima que no tenía certezas de que Martínez haya sido el autor, puesto que por cámaras del local y de un vecino, no se podía identificar al asaltante.

Así, manifestó que “si le quise hacer algo a Martínez, fue hace dos meses atrás». Fiscalía sostuvo que declararon hermanos de la víctima y expresaron que, después del diálogo con los Martínez, «quedó todo mal» con Garcilazo. También añadió que el encuentro en la plaza no fue como lo contó ayer, cuando dijo que solo le preguntó si fue él porque quería recuperar el celular por lo contactos con proveedores y preventistas. Sostuvo que hermanos de Martínez declararon que Garcilazo y su pareja lo confrontaron armados.

 

Armas

Fiscalía destacó que de la pericia que se realizó a las tres vainas que se secuestraron en el lugar del hecho, surgió que fueron disparadas por un arma que fue usada en al menos dos hechos anteriores. También se supo que ninguna de las dos armas que Fiscalía entiende se usaron en el hecho -se trata de pistolas calibre 9 milímetros- fueron halladas hasta ahora.

 

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