Los interesados en irse de vacaciones en verano se encuentran con que los precios de los paquetes turísticos aumentaron un 100% respecto al verano anterior. Los destinos elegidos son tanto de Argentina como del exterior, especialmente Brasil. Una de las consultas más repetidas es qué hacer ante la volatilidad del dólar.
Diamela González / [email protected]
En nuestro país, el verano es sinónimo de vacaciones. Llega diciembre, los chicos terminan las clases, sube la temperatura y comienza a palpitarse esa serie de días libres para relajarse, conocer nuevos destinos o volver a los que alguna vez disfrutamos.
El turismo fue sin dudas uno de los sectores más afectados por la pandemia de Covid-19, sin embargo, de un tiempo a esta parte parece ir recuperándose, siendo un motor estratégico para la economía. Para ejemplificar, según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, en los siete fines de semana largos de este año se movilizaron 12.479.534 turistas, lo que representa unas diez veces la población actual de Entre Ríos. Ese movimiento de personas generó un impacto económico directo de 255.124 millones de pesos, cifra que resulta ser un cuarto de todos los recursos que piensa invertir el Estado entrerriano en 2023.
La actividad de 2022, empujó al ministro de Turismo y Deportes de la Nación, Matías Lammens, a prever que el 2023 va a ser un año récord.
Al mismo tiempo, son múltiples los inconvenientes económicos que atraviesa el grueso de la población, producto de la pérdida del poder adquisitivo del salario, el aumento constante de los bienes y servicios y la depreciación del peso ante el dólar. De ahí la necesidad de ir en busca de mayores elementos que nos permitan abordar de modo más completo la realidad.
Para ello, EL DIARIO dialogó con Lucía López Osuna, agente de viajes de la empresa Paraná Tur, que cuenta con 70 años de trayectoria. La entrevistada informó que actualmente hay muy poca disponibilidad de paquetes de viajes para los meses de enero y febrero en lo que refiere a lugares con playa, como Brasil y la costa argentina. En cambio, sí quedan más reservas para sitios como Cataratas, Mendoza, Bariloche, el Norte y el Sur; aunque Ushuaia y Calafate siempre son codiciados, independientemente de la temporada.
En esta línea, señaló que, si bien también “estamos vendiendo de marzo en adelante”, los paquetes son “más caros o dolarizados, por lo que la gente los va pagando de a poco. Como el Gobierno ya no permite más financiación con tarjetas de crédito, lo que ofrecemos es que puedan ir contratando ahora e ir abonando en efectivo”.
En comparación con el verano de 2022, aseguró que prácticamente no hubo diferencias en cuanto a las ventas. “Quizás la gente estaba más expectante por el Previaje y aprovechó más la temporada baja, pero como el último programa duró solamente una semana y después para verano no salió, quedó descartado y se dejaron de esperar esas promociones. Eso hizo que en la temporada baja haya más movimiento o el mismo que en temporada alta, es decir, en época estival”, explicó.
Del relato de la entrevistada se desprende que los sitios más elegidos son Mar del Plata, Villa Gesell, Mar de Ajó y San Bernardo, en nuestro país; la zona del sur de Brasil, que incluye destinos como Canasvieiras, Florianópolis, Camboriú o Bombinhas; y también el Caribe, como Punta Cana o México.
Preferencias
Los precios para vacacionar este verano crecieron considerablemente en relación a los del año pasado. En tal sentido, López Osuna manifestó que “aumentaron un 100%, no sólo porque se incrementó el dólar sino también las tarifas”. Así, en esta temporada un paquete a la Costa atlántica -por al menos una semana- se consigue desde 80.000 pesos, mientras que al sur de Brasil varía entre 1.000 dólares en bus y 2.000 en aéreos. Para viajar al Caribe, en tanto, se requiere contar con alrededor de 2.800 dólares.
El paquete básico de viaje incluye traslado hasta el destino, ya sea en colectivo o en avión, entre 7 y 14 noches de alojamiento, régimen de comidas y seguro médico. Las excursiones, en tanto, son opcionales.
López Osuna también comentó que no hay diferencia en ventas entre el exterior y el país. “Se vende 50 y 50, y en cuanto a precios la diferencia no es muy notable a grandes rasgos, teniendo en cuenta que incluyen lo mismo y que los destinos también son muy distintos. La gente prefiere viajar afuera y el argentino ya dejó de buscar tanto el precio, no hay tanta comparativa. Se elige más en función de la calidad”.
En cuanto a las principales consultas que realiza la gente a la hora de contratar un viaje, indicó que “lo que genera más incertidumbre es el tema del dólar, cómo se maneja, cómo se factura, que dólar tomamos y cuáles son los impuestos. Hay paquetes que se toman a dólar oficial, hay otros que ya tienen incluidos los impuestos entonces se toman a dólar turista, y por ahí pasa la mayor confusión, sobre todo en un viaje internacional”.
Situación post Covid
Superada la parte más severa de la pandemia, se produjo una corriente que buscó contrarrestar tantos meses de confinamiento.
Al respecto, López Osuna estuvo de acuerdo con que hubo un boom de ventas sobre todo por el Previaje. “Tuvimos mucho trabajo que hizo que no sólo colapse la agencia sino también los alojamientos, los destinos, y el equipamiento de esos lugares. Ciudades como Ushuaia, Calafate, Puerto Madryn, después de pasar dos años de una pandemia, de pronto se encontraron con grupos de turistas, que eran muchos por día, y no estaban preparados para eso. Al principio fue shockeante, porque no se estaba en condiciones de ofrecer el servicio que deseábamos, pero hoy está estabilizado y ya se volvió a la normalidad”.
“Notamos que la gente busca salir mucho más. Ahora son los más jóvenes quienes eligen una agencia de viajes, se suman a las personas adultas que se cuidan mucho más, y nos eligen por la seguridad frente a posibles cancelaciones o cualquier otro imprevisto que pueda suceder, fenómeno que se multiplicó durante la pandemia al punto que muchos se quedaron varados sin respuesta”, agregó.
Para finalizar, indicó que “los operadores mayoristas de Argentina, provenientes en gran parte de Santa Fe, Córdoba, Rosario y Buenos Aires, también expresan que el volumen de venta es mucho mayor post pandemia que antes” de que entráramos en las fases de aislamiento preventivo y distanciamiento social.
Entre Ríos, de temporada
Desde el jueves 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción de María, hasta el domingo 11, con el viernes convertido en feriado puente, muchos argentinos disfrutaron de cuatro días de descanso, ideales para una escapada turística. Fue el último fin de semana largo del año. Para esa ocasión, la mayoría de las ciudades entrerrianas habilitaron sus temporadas, playas y balnearios.
En el caso de Entre Ríos, se estima que visitaron la provincia alrededor de 180.000 personas, lo que representa el 75% de la población de Paraná. Según datos oficiales, el movimiento generó ingresos por 1.900 millones de pesos
La Secretaría de Turismo de Entre Ríos produjo un informe en base a datos aportados por los municipios y por el sector privado. De él se desprende que hubo un intenso movimiento en los destinos con más plazas hoteleras como Colón, Federación y Gualeguaychú. Paraná y Concordia no se quedaron atrás, gracias a que programaron distintas actividades que se sumaron al rico patrimonio natural. Los destinos turísticos provinciales emergentes también tuvieron una gran afluencia de visitantes.
El intenso calor anunciado pareció facilitar el traslado masivo sobre todo de las grandes ciudades a los destinos cercanos con opciones para refrescarse. A nivel nacional el movimiento turístico también fue masivo, tanto a destinos cercanos a los grandes centros urbanos como la Costa atlántica, los valles cordobeses o los corredores entrerrianos, como a los destinos lejanos de Patagonia, Cuyo, Noroeste o Cataratas, según los datos relevados por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación a través del Observatorio argentino de turismo, y lo difundido por la Cámara Argentina de Turismo.
Al respecto, el ministro del área a nivel nacional, Matías Lammens, comentó que ese fin de semana de diciembre cerró “un año maravilloso para la industria del turismo, que anticipa una temporada de verano que volverá a tener cifras de movimiento muy elevadas. El turismo fue, durante todo el año, motor del crecimiento de la economía y del empleo a lo largo y ancho del país”, aseguró.
Por su parte, el gobernador Gustavo Bordet consideró que “las altas temperaturas auguran muchísimo éxito para la temporada que tenemos por delante, y fundamentalmente para el 2023”. Las declaraciones fueron formuladas durante el acto de inauguración de la temporada turística en Entre Ríos, que se desarrolló en las termas de la ciudad de San José. Bordet recordó que, en la inauguración de la temporada anterior, junto a la vicegobernadora Laura Stratta se habían propuesto “el cometido de que nos visiten 5 millones de turistas”. Luego de apuntar que alcanzar ese objetivo “parecía difícil”, informó que a Entre Ríos en 2022 ingresaron unos 5.800.000 visitantes.
Propuestas y descanso
En la búsqueda de un equilibrio entre la oferta de una agenda de propuestas focalizadas y la posibilidad de disfrutar reposadamente de los paisajes, los sectores privado y público de la ciudad de Paraná vienen trabajando de manera integrada para abordar de un modo sistemático la política turística.
En ese sentido, a las playas, balnearios y campings (como los de La Toma y el Thompson), las recorridas por las islas o por la ciudad, se agregan actividades al aire libre, que habilitan una sociabilidad sosegada, que el visitante suele demandar.
Además, Paraná es una serena cabeza de playa para una amplia región que abarca el cuadrante sureste de Entre Ríos y la franja central de la provincia de Santa Fe. En efecto, una gastronomía para distintos gustos, eventos y espacios para el disfrute de la cultura, la inmensidad del paisaje ribereño y una variada gama de entretenimiento se articulan, retroalimentan y potencian.
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