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Entre Ríos, un destino signado por vincular culturas

Cada verano, en toda la geografía de la provincia, se activa el calendario de fiestas populares. El fenómeno se replica en comunidades muy diversas y expresa el vínculo entre la gente, el territorio y aspectos identitarios que singularizan a cada lugar. Conocedor de ese Entre Ríos profundo, de su historia y su cultura, el asesor Cultural Itinerante del Gobierno, Roberto Romani, subraya el mensaje para el mundo de hoy que significa ese espíritu de convivencia y encuentro en la diversidad.

 

Carlos Marín / [email protected]

 

Roberto Romani nació en cercanías de Larroque el 26 de enero de 1957. Entrerriano a carta cabal y conocedor profundo de la gente, los lugares, la historia y la cultura de la provincia, ha trabajado en medios de comunicación, en el campo de la investigación histórica, creación literaria, composición musical y dirección teatral.

Es reconocido en cada rincón de la provincia. Y donde no lo es, deja su impronta por la cual será recordado positivamente. Sea por su palabra, por su canto, por la poesía. Por esas cualidades que lo destacan, Romani ha recibido el Premio Santa Clara de Asís, la Faja de Honor de la Asociación de Escritores Argentinos y el título Prócer de la Cultura, otorgado por la Fundación Juan de los Santos Amores, el Instituto de Arte Folclórico y el Museo del Cabildo de Buenos Aires.

Un total de 400 obras musicales, más de 25 libros publicados -y dos en proyecto-; 13 grabaciones con poemas y melodías del litoral, constituyen su aporte al mapa cultural de la Mesopotamia, habiendo recorrido en forma constante las grandes ciudades y los pequeños pueblos como director de la Editorial de Entre Ríos y posteriormente, como secretario de Cultura de su provincia natal. Actualmente Asesor cultural itinerante del Gobierno de la Provincia, destaca a EL DIARIO que en Entre Ríos existe una relación absoluta entre cada lugar y la fiesta que lo representa. La Fiesta del pan casero en Sauce de Luna; el Festival del chamamé en Federal; Feliciano con su fogón de las tradiciones y como lugar esencial donde residen las tradiciones; la Fiesta del Mate en Paraná; son apenas cuatro ejemplos de esas expresiones de identidad ligadas a las raíces de cada comunidad.

El fenómeno, señala el poeta, hunde sus raíces en la conformación de la provincia, que tuvo “gobernantes sensibles y abiertos”. Y porque las leyes que se dictaron prioritariamente contribuyeron a ese objetivo. “Pensemos que la Ley Avellaneda -que reguló la inmigración- es de 1876. Sin embargo, Urquiza en 1853, es decir 23 años antes ya había establecido la Colonia Las Conchas, donde hoy está Villa Urquiza. El 2 de julio de 1857 se funda la colonia San José con Piamonteses, Saboyanos y Valesanos. Y cuando uno piensa en los gobernadores Ramón Febre (1875-79), o José Francisco Antelo (de 1879 a 1883), ellos están al frente de un período fundamental porque ambos lo que hicieron fue impulsar un poco más lo que ya se hacía en la provincia desde antes de la Ley Avellaneda”.

Por eso, subraya Entre Ríos “tiene esa particularidad que en su territorio hay presencia italiana, española, francesa, sirio libanesa, judía, alemana del Volga. Y las fiestas que se han originado con el tiempo, tienen relación con esto”.

En Entre Ríos “se combinó el espíritu montaráz con la riqueza que llegó desde Oriente y Europa. Se cumple lo del crisol de razas y creo que expresa un mensaje muy potente de un destino posible en el mundo de hoy, que es la convivencia entre distintas culturas”.

“La satisfacción que me queda es haber intentado cumplir cada día con el objetivo de poner a Entre Ríos culturalmente de pie”, sostiene Roberto Romani. Fotos: Juliana Faggi. EL DIARIO.

LOGROS Y ANHELOS

–Como asesor cultural itinerante ¿Qué considera que ha podido lograr en esa función?

–La ventaja que he tenido antes de llegar a este lugar es haber pasado por todas las instancias previas en la gestión del área. Además he trabajado en el sector privado. Más allá de la función periodística, y de abordar temas en general, siempre estuve ligado a la vida cultural de la provincia. Cuando me incorporé a la gestión de gobierno provincial en 2000, llegó el desafío de ejecutar y tomar decisiones para el sector. Completé mi primer período al frente del área como Subsecretario, durante la gestión de Jorge Busti. Luego durante la primera gobernación de Urribarri. En su segundo período estuve como Secretario, cuando se crea el Ministerio de Cultura. Y luego cuando me invita Bordet a formar parte de su gobierno, como Asesor cultural. Hoy trabajo más que antes, porque conozco las necesidades de los distintos lugares de la provincia; por ejemplo, dónde hay que llegar con un taller. Eso aumenta el compromiso porque al haber pasado por la experiencia de dictar medidas de gobierno en el campo de la cultura, sería triste que no haga un esfuerzo para que esto se haga realidad. Por otro lado, la posibilidad de recorrer la provincia me da una visión general muy linda. Uno siempre desea que en todas las políticas de gobierno haya una continuidad, más allá del matiz político que cada período pueda imprimir al área. Se trata de no volver atrás. Hoy me complace que tengamos leyes en teatro, en el sector audiovisual, en artesanías, que tengamos la OSER con una Ley de Grados; o que los fondos que se generan en la Editorial de Entre Ríos sean para ella. Son algunas cuestiones que se concretaron en una Ley y a esto es lo que debemos propender, porque evitan que medidas que toma un gobierno cuando llega otro las deja de lado. Al estar las leyes hay que cumplirlas. Y detrás de ellas viene el presupuesto.

“Uno siempre desea que en todas las políticas de gobierno haya una continuidad, más allá del matiz político que cada
período pueda imprimir”, dice el Asesor Cultural Itinerante.

–Hace quince años postulaba que quería colocar a Entre Ríos culturalmente de pie ¿considera que ha caminado en ese sentido?

–No creo que haya logrado plenamente ese objetivo. Sí procuré y trato de hacerlo así cada día. En la función pública hay muchas cosas que estaban propuestas y quedaron pendientes porque no fui capaz; porque no tuve la fuerza suficiente, o porque tal vez no tenía las leyes ni presupuestos acordes. Pero entiendo también que en la provincia puede haber otras necesidades y la gestión de Gobierno puede haber tenido otras prioridades. La satisfacción que me queda es haber intentado cumplir cada día con ese objetivo.

Andre Malraux decía que la cultura son todas las formas de pensamiento, arte o amor que hacen menos esclavo al ser humano. Y si uno tiene en sus manos la posibilidad de dar alitas de libertad a una persona no hay que desperdiciarla jamás. Hay que buscar los vericuetos para llegar y que esa persona sienta que en el momento de expresarse es libre.

 

DUPLA ANTOLÓGICA

–Con Mario Alarcón Muñiz configuró una dupla antológica que dejó su huella en los principales escenarios de la provincia. ¿Cómo forjó su amistad con él?

–A Mario lo conocí cuando yo cursaba el 5º año del colegio secundario. Me llamó para hacerme un reportaje en Radio Gualeguay, que se había fundado hacía un año. Él era el director artístico de la emisora. Tenía interés porque en el Instituto de las Hermanas Franciscanas de Gante, en Larroque, habíamos fundado una revista y teníamos un elenco de teatro y un conjunto folklórico. Nos conocemos desde 1973. Allí comenzó la amistad que se mantuvo hasta que partió de este mundo. Trabajé con él en la radio. Luego fue a Concordia a dirigir un diario, y al regresar a Gualeguay seguimos trabajando juntos.

Fue cuando comenzamos a animar festivales juntos en distintas localidades de la provincia. En Federal estuvimos muchos años juntos en el escenario del Festival Nacional del Chamamé y compartimos noches inolvidables en ese rol. La gente pensaba que ensayábamos antes de subir al escenario. Nosotros nos reíamos un poco, y le contábamos que no era así; que nos conocíamos hacía muchos años y nos daba felicidad lo que hacíamos. Tengo el mejor recuerdo de él y cada vez que realizo una tarea trato de no desairar ese recuerdo.

 

–Seguramente tendrá alguna anécdota memorable de ese desempeño a dúo.

–Muchas. En una ocasión estábamos con Mario trabajando como presentadores en un festival. Esa noche actuaban dos cantantes: María Elena, que era de Santa Fe, y María Ofelia, que era de Misiones. Desde la coordinación de escenario nos avisan que salía a actuar María Elena. Hicimos toda una introducción tremenda de la santafesina. Y cuando la anuncia Mario, después de toda la introducción, desde atrás del escenario me soplan: “¡No, la que canta ahora es María Ofelia!”. No quedó más opción que salir inmediatamente al escenario y tratar de componer la situación. Y le dije a Mario, que ya había anunciado a María Elena: “Sí Mario, ahora llega María, pero otra María, que no viene de Santa Fe, sino de Misiones. La María santafesina llega en un ratito”. Luego del enojo lógico, nos quedó para ambos la frase “Es María, pero otra María”. Y nos reíamos.

En otra oportunidad, estábamos en Federal. Había llovido muchísimo. Y detrás del escenario había mucha vegetación. Por la humedad estaba plagado de esos `catangos´ (insectos) grandes, terribles. Y cuando estaba a punto de presentar a Mario, uno o dos de esos bichos, que eran grandecitos, vienen volando y me pegan tremendo golpe en la cabeza. Me descolocaron y quedé desestabilizado. La gente se río mucho y yo salí del paso con una copla sobre esos insectos. Ahí quedó la frase “todo va bien con Roberto hasta que llegan los catangos”.

ESTADO PRESENTE

–¿Qué piensa de la realidad cultural entrerriana?

–En cuanto a la realidad de nuestra provincia, percibo que existe una generación joven que es absolutamente protagonista en distintos campos, que entusiasma mucho. En la música, lo audiovisual, la danza, la literatura. Y esto da al campo cultural y las personas que están en eso una fuerza increíble, fundamentalmente a las nuevas generaciones.

Los mayores tenemos que tener apertura y darnos cuenta que viene una generación nueva. En la provincia ha asomado una generación muy interesante de escritores, de artistas plásticos, de artesanos, de músicos, de realizadores, jóvenes y con mucho estilo y personalidad. Por eso digo que el Estado no puede estar ausente de un acompañamiento cada vez mayor. Si las necesidades son mayores, mayor debe ser la respuesta por parte del Estado.

 

 

 

 

 

 

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