Joven condenado por robar un celular y tener una bicicleta que había sido hurtada

Fue condenado ayer en un juicio abreviado a la pena de dos años de prisión condicional. Se le imputó el robo de un celular y tener en su poder un arma de uso civil y una bicicleta “cara”, de “alta gama” que tenía una denuncia por robo de unos pocos días. Los hechos ocurrieron en marzo y junio de 2020.

 

REDACCIÓN EL DIARIO / [email protected]

 

Un joven de 23 años, de ocupación jornalero, con estudios primarios incompletos, reconoció en un juicio abreviado su responsabilidad en dos hechos y aceptó cumplir la pena acordada entre Fiscalía y defensa pública, consistente en dos años de prisión condicional más la observación de normas de conducta. Ayer, la jueza de Garantías N 1, Marina Barbagelata, resolvió hacer lugar al acta acuerdo y homologó los términos alcanzados en el trámite abreviado.

Al joven se le imputó que «el 15 de marzo de 2020, aproximadamente las 4, junto a otro joven, interceptaron a un muchacho en calle Segundo Sombra entre su similares El Tropero y Florencio Sánchez de esta ciudad, donde tras golpearlo le sustrajeron un teléfono celular Samsung S9 plus negro y huyendo del lugar a bordo de una motocicleta Guerrero 110 negra, en la cual fueron aprehendidos minutos después en la intersección de calles Los Chingolos y República de Siria, con el teléfono sustraído en su poder».

El segundo hecho ocurrió “el 13 de junio de 2020 alrededor de las 18.15 (cuando) personal de la División Robos y Hurtos los localizó transitando por calle La Delfina del Barrio Puerto Viejo de esta ciudad , llevando consigo un arma de fuego tipo revolver calibre .32 con tambor de 5 alveolos sin marca visible y una bicicleta marca Venzo  modelo Skyline negra con verde agua y rojo, rodado Nº 29, con 21 velocidades y frenos a disco, la cual le fuera sustraída a una mujer el 9 de junio de 2020, a sabiendas de su procedencia espuria».

Elementos

La jueza entendió que “con todos estos elementos puede arribarse con grado de certeza a la conclusión de que el imputado es autor material y responsable del delito que le fue atribuido”. A la hora de determinar el monto de la pena acordad por las partes, entendió que “todo lo cual se ajusta a las condiciones personales del encartado y a las demás circunstancias que rodearon los hechos, habiendo sido estimadas correctamente como agravantes la reiteración delictiva, como así también la circunstancia de que en ambos hechos actuara con otra persona, y como atenuantes, su juventud, su pertenencia a un estrato socioeconómico vulnerable, así como el reconocimiento de su culpabilidad, la aceptación del procedimiento abreviado…”.

Alta gama

En relación al segundo hecho se señaló que el parte de inicio y el acta de procedimiento de la División Robos y Hurtos exhibió que la fuerza estaba “alertada por una ola de robos y de sustracciones de birrodados, tipo bicicleta de alta gama”, por lo que los efectivos sospecharon cuando vieron “en un barrio carenciado, a dos personas en poder de una bicicleta muy cara, por lo que se disponen a controlar la situación y advierten que los hombres se pasan un bulto y luego tratan de descartarse de él. Los funcionarios los demoran y verifican que el bulto se trataba de un arma de fuego, por lo que se dispuso su detención. El arma era un revólver, de gran tamaño, que daba la impresión de ser de alto calibre, que podía clasificar como arma de guerra, que estaba descargada”.

En el lugar se secuestró la bicicleta y el arma de fuego. Luego se pudo “establecer con los números de cuadro y demás características que efectivamente se trataba de un birrodado que tenía pedido de secuestro porque había sido sustraído días antes, y que se estaba investigando en Fiscalía”. El arma fue peritada y arrojó que era “apta para efectuar disparos, pero que el calibre es 32, lo que la clasifica como arma de uso civil”.