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Juan Falú y Nadia Szachniuk generan un diálogo necesario entre los “Falú”

En “Falú”, el guitarrista y la cantante proponen un repertorio reunido familiarmente y ofrecido como alimento espiritual en el cual se aprecia un viaje a la tradición compositiva de excelencia. Con 16 estaciones este cancionero viene a saldar desencuentros personales y políticos que hicieron mella en la vida familiar y musical.

 

Redacción EL DIARIO / [email protected]

 

La guitarra, el canto y la poesía, tres elementos constitutivos de la identidad cultural argentina que el apellido Falú encarna con peso propio, afloran con sobrecogedora belleza en el reciente disco donde obras de Eduardo y Juan son ejecutadas por el tucumano y cantadas por Nadia Szachniuk.

Bajo el título “Falú”, la placa propone 16 estaciones que son, al mismo tiempo, un viaje a la tradición compositiva de excelencia, un tránsito posible hacia renovadas formas expresivas que abrevan en aquel legado y un camino posible (y deseable) para proyectarnos como comunidad dispuesta a la aventura de la creación.

Hay en este repertorio reunido familiarmente y ofrecido como alimento espiritual y estético un alegato que atraviesa el tiempo, que naturalmente a golpes de talento instaura un mañana.

Esa potencia que se resiste a ser conjugada únicamente en pasado, muestra sus filos gracias a la siempre inusitada interpretación musical del guitarrista y a la impecable performance vocal de Szachniuk, capaz de brillar e incorporarse naturalmente a ese diálogo para expandirlo.

Es que el cancionero donde se reconoce una huella que también es apuesta, viene a encontrar a tío Eduardo y sobrino Juan como no pudo ser posible en vida del artista salteño fallecido a sus 90 años en 2013, de un modo que ambos se merecían largamente.

SALDAR DESENCUENTROS

El disco “Falú” llega entonces para saldar desencuentros personales y políticos que -con la historia argentina y sus rebeliones como telón de fondo- hicieron mella en la vida familiar y musical.

Y aunque Juan Falú ha sabido tocar y difundir buena parte de la obra de Eduardo, este trabajo abraza unas obras surgidas del mismo cauce parental que, en un sentido más amplio y más justo, son fruto de un mismo territorio sonoro, temporal y simbólico.

La demorada reunión entre Eduardo (nacido el 7 de julio de 1923 en la localidad salteña El Galpón) y Juan (10 de octubre de 1948) tiene como lazo la voz salteña de Nadia Szachniuk en una mesa a la que también se sientan Jaime Dávalos, Pepe Núñez, Jorge Marziali, Teresa Parodi, Hugo Roberto Ovalle y Néstor Soria con sus textos para así instaurar una fiesta de memoria, de identidad y de sentido.

La placa se grabó entre el 14 y el 18 de diciembre pasado en CIAM (Tecnópolis) juntando a Szachniuk (en voz y caja) con la guitarra de Juan Falú, quien además canta un fragmento de “Río de Tigres”, romántica pieza que su tío compuso junto al también salteño Dávalos.

La dupla Falú-Dávalos, una de las más brillantes y certeras de la música popular argentina, se anota en otros seis temas del volumen: “Oro verde”, “Milonga del alucinado”, “Canción del Paraná”, “Resolana”, “La nostalgiosa” y “Las golondrinas”, mientras que el aporte de Eduardo al volumen se completa con “El rienda suelta” (con letra de Ovalle).

Juan, por su parte, regala versiones de sus creaciones “Cantorcita” y “A San Juan” y comparte dos obras con Núñez y Marziali: “Gato panza arriba” y “Letanía por Juana” (con textos del poeta salteño pero tucumano por adopción) y “Huella de la Siembra” y “La de Kayham” (creadas en yunta con el mendocino).

El universo folclórico escogido para este lance añade la “Zamba del arribeño” (escrita por Soria) y la “Vidala del que no está” (compuesta junto a la correntina Parodi).

 

 

 

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