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La Pandemia y la actividad económica

El mundo está paralizado por el coronavirus. El desafío científico y social al que nos enfrentamos es gigantesco y la incertidumbre y el cansancio desaniman. Recurrentemente nos preguntamos cuándo podremos volver a la normalidad.

 

Por Juan José Bahillo, Ministro de Producción.

Desde que se presentaron los primeros casos de Covid – 19 en el país, el gobierno nacional dispuso una estrategia que todas las provincias adoptamos: se trataba de disminuir la circulación de la población para demorar los contagios a fin de preparar al sistema sanitario de manera eficiente, mejorar la infraestructura y los servicios en los centros de atención y reunir la mayor cantidad de insumos posible para cuando el pico llegara. Y se dispuso una inmediata y amplia red de contención en todo el país para atender situaciones urgentes.

En todos los niveles de gobierno se conformaron COES, equipos de especialistas profesionales de salud e investigadores que día a día asesoran a quien tenemos que tomar decisiones en un escenario que cambia permanentemente.

A la par, se puso en marcha una comunicación de riesgo preventiva, simple y directa, para que todos y todas tomáramos conciencia y asumiéramos solidariamente la responsabilidad que nos toca de cuidarnos y cuidar a los demás, especialmente a los sectores considerados de riesgo.

Desde el principio, todos advertimos la tensión que sería inevitable entre las medidas de aislamiento y la economía, que ya venía golpeada luego de años de endeudamiento externo, inflación descontrolada, apertura indiscriminada de importaciones, especulación financiera, destrucción de las economías regionales.

El gobierno de Entre Ríos se alineó en la estrategia nacional y fue acompañando cada una de las medidas sanitarias decididas. Mientras tanto, dialogamos con todos los sectores de la economía entrerriana a fin de pensar posibilidades y alternativas para sostener el trabajo, recrearnos en una “nueva normalidad” y proyectar la salida de esta crisis; una salida que se alarga más de lo deseado.

La Nación y las provincias diseñamos y ejecutamos distintas herramientas para acudir en ayuda de las actividades afectadas por la parálisis económica y comercial.

Entre ellas, el Banco Central brindó incentivos a las entidades financieras para que incrementen los préstamos a MiPyMEs para el pago de sueldos. Se dispusieron 30 mil millones de pesos del FoGAr (Fondo de Garantías Argentino) para garantizar la línea de crédito. Los créditos a tasa del 24 por ciento alcanzaron a 3.580 empresas, sumando un total de 5.899 millones de pesos para las empresas de la provincia.

Las medidas alcanzan al turismo, la gastronomía, la cultura, el deporte, el esparcimiento y el transporte. Y a los contribuyentes generales con dificultades en el cumplimiento de regímenes de facilidades.

La norma difiere hasta el 31 de diciembre los vencimientos de la mayoría de los tributos provinciales a actividades del ámbito de los deportes y esparcimiento como Salones de Fiestas; Clubes; Polideportivos; Piletas de Natación y Salas de entrenamiento; Gimnasios; y salas culturales (Museos, Cines, Teatro, Espectáculos, Recitales, Museos, entre otras).

También las vinculadas al turismo (Hoteles y Cabañas; Hosterías, Campings; y Agencias), además de bares y restaurantes, y servicios de catering. El decreto incluye también el transporte de pasajeros interurbano; Escolar y Turístico.

Se reglamentó la ley de Emergencia Turística, que dispone diferimientos y exenciones en el pago de tasas y aportes.

Otra de las medidas que causó gran impacto fue el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, creado con el objetivo de morigerar el impacto económico de la emergencia sanitaria y contener la merma de la actividad productiva, destinado tanto a empleadores como a trabajadores de las mismas. Este Programa alcanzó en Entre Ríos a 3.258 empresas y 44.586 trabajadores, lo que significó -de abril a junio- la suma de 1.761 millones de pesos.

Se suspendieron desalojos y se dispuso la prórroga de contratos de locación y congelamiento de precios de alquiler de inmuebles rurales de pequeñas producciones familiares, de inmuebles alquilados por PyMEs, por Cooperativas de Trabajo, por monotributistas y por profesionales autónomos.

Además, se suspendió el corte de servicios por falta de pago del suministro de energía eléctrica, agua corriente, gas por redes, telefonía fija y móvil e Internet y televisión por cable.

Se prorrogó el plazo previsto de regularización de deudas tributarias, de la seguridad social y aduaneras, se suspendieron las ejecuciones fiscales y se dispuso una política de precios máximos para 2.500 productos.

Paralelamente, y como forma de asegurar la subsistencia de las personas y familias más vulnerables, pero también como modo de activar el mercado interno, se instruyó -con alcance nacional- el Ingreso familiar de Emergencia (IFE).

Como ha sucedido en todo el país y con el transcurrir de los días, el Gobierno de la provincia fue habilitando gradualmente distintas actividades, escuchando a cada sector y apelando al compromiso y la responsabilidad de cada uno para la elaboración y el cumplimiento de los distintos protocolos, porque no todas las actividades son iguales y la especificidad de cada una es la que establece el mayor o menor riesgo. En este sentido, es voluntad del gobierno entrerriano habilitar la mayor cantidad de actividades posibles, pero entendiendo que del respeto a los protocolos depende que podamos seguir trabajando. Y que cada comercio o empresa debe hacerse cargo de esta responsabilidad.

La realidad muestra que la crisis sanitaria afectó gravemente la economía en todo el mundo, sea cual sea la estrategia sanitaria asumida por cada país. Actualmente, en Entre Ríos, la economía está mayoritariamente activa, pero queda un largo camino por recorrer y hay sectores seriamente afectados que aún no pueden ser habilitados por el riesgo que implica la propia actividad que desarrollan.

La pandemia todavía no está controlada, convivimos con el riesgo y es importante recordarlo para no descuidarnos. Es necesario que todos y cada uno cumplamos con nuestra parte para minimizarlo, solidaria y responsablemente: todos los entrerrianos y entrerrianas, cada trabajador, cada empresario. Cuidarnos entre todos para que podamos avanzar hacia una mayor apertura sin desandar las decisiones que tomamos el camino.

 

 

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