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Liliana Bodoc, abanderada de la imaginación libertaria

La obra de Liliana Bodoc está esperando ser descubierta y valorada. Mujer de prolífica creatividad, sus relatos no se ciñen a una propuesta de entretenimiento ocurrente sino que proponen una reflexión entre lo presente y lo pasado y aspiran a transformar lo dado en un mundo mejor.

 

Angelina Uzín Olleros

 

Habitar el espacio de la escritura trae consigo un conjunto de decisiones que van desde los posibles destinatarios, los recursos estilísticos, el género literario hasta los temas centrales de la narración que discurre en un texto. Liliana Bodoc convoca a personajes de mundos mitológicos, en el que la imaginación –la suya y la nuestra- ocupa el centro de las historias que expone.

Se le atribuye la invención de la literatura fantástica en clave americana, ya que su trilogía La saga de los confines atraviesa la conquista de América con personajes inspirados en las culturas de pueblos originarios como los aztecas, mayas y mapuches.

El viejo mundo y el nuevo mundo chocan entre sí de la mano de personajes de fantasía, en una épica acompañada de paisajes y costumbres propias de Latinoamérica, expresando, como así lo afirman especialistas en su obra literaria, una “ética de los derrotados”. Esos mundos se disuelven en una utopía en la que el odio y el mal deben dar paso al amor y la vida, en una apuesta por superar toda resignación a la arbitrariedad de los poderosos. Imaginar otra realidad, otro territorio, otra temporalidad en la que la dialéctica del amo y el esclavo desaparezca para dar lugar a una cartografía de lo semejante.

 

En tensión

Todo se consume en una gran metáfora inicial que es el lugar de las Tierras Fértiles, la fertilidad de la naturaleza, los sentimientos, las ideas, los paisajes, fertilidad acechada por el espíritu destructivo de quien representa el mal absoluto: Misáines. La destrucción y la acechanza que, sin embargo, no son el fin último de la existencia sino el desafío para emprender la lucha por un mundo mejor que avanza hacia el bien y el impulso de vivir plenamente.

La poética de Bodoc es frondosa, como un árbol imaginario con frutos que traen nombres y fisonomías novedosas, inexistentes hasta el momento en que la hoja en blanco se nutre de las imágenes que ella convoca y construye amorosamente en sus libros. El camino de su trazo no es otro que el de la libertad, del atrevimiento por pensarnos otros y otras en un lazo de existencia que honre la memoria de los muertos y dignifique el destino de los derrotados. Ella dice en una entrevista:

“Sigo pensando que este mundo así no cierra. Que hay muchísimas posibilidades de que sea mejor, mucho más justo, mucho más humano. Y jamás dejo eso de lado a la hora de escribir. Jamás me desentiendo de este mundo, de la esperanza —utópica dirán muchos, y a mí me importa poco— de transformarlo. Jamás. Siempre pienso que escribir tiene que ver también con aportar para transformar el mundo.”

Un camino

Esa transformación necesita de la creatividad, de la invención, de la emancipación; a los espacios heredados pensarlos desde otro lugar, tal vez desde un no lugar, para crear horizontes de sentido que no estaban, desde un sinsentido onírico e irreal. Porque, como bien lo muestra su obra, aquello que se señala como fantasioso e infantil, no deja de ser un cerrojo que se impone desde lo habitual, lo dado, lo que está ahí como irremediablemente “eso”; a contrapelo de esta convicción la literatura y la filosofía nos muestran que las cosas son así pero pueden ser de otro modo.

Otra trilogía es la de Tiempos de dragones, aquí el tema central es el de la fraternidad que tenían los humanos y los dragones que fue destruida por el linaje de los Dratewka; nuevamente la lucha del bien contra el mal y el peligro de perder lo que nos une en una fragmentación peligrosa. Hay magos y alquimistas que reconfiguran las imágenes del mundo en escenas de aventura y fantasía. La suya es una obra que triunfa entre jóvenes y adolescentes, pero está destinada a todos y todas quienes prefieren este género fantástico para encontrar en cada surco una alegoría de lo que nos pasa como sociedad y especie humana.

Bodoc también escribió literatura infantil, algunos de los títulos son Simi Tití mira el mundo; La mejor luna; Reyes y pájaros; Presagio de carnaval; El mapa imposible… cada uno recomendado para cierta edad, más de 6 años, más de 8, más de 12. Nuevamente el interés constante es alentar a mirar con otros ojos, a soñar otras realidades, a recorrer caminos diferentes.

Tesoros escondidos

Los libros de Liliana Bodoc son una invitación a dibujar personajes en escenarios ricos y complejos, ella junto a Ciruelo Cabral comenzaron a planificar una propuesta cinematográfica, que ha quedado sin materializar. Sus hijos Galileo y Romina Bodoc se ocupan de publicar dos libros póstumos y por lo mismo inéditos, la tercera parte de Tiempo de dragones y Una versión de dios.

La de Tiempos de dragones es una novela inconclusa, ella había escrito gran parte de la misma cuando falleció en febrero de 2018, en esa edición se publica un Epílogo escrito por su hija. Una versión de dios es un libro ilustrado que combina textos cortos de Liliana Bodoc con ilustraciones de Ana Luisa Stok.

Poesía, alegoría, magia, fantasía, imaginación, son algunas de las características de la obra de Liliana y también de su vida, que como sus libros fue y es su obra. De su forma particular de narrar nos queda esta conclusión: siempre los muertos les hablan a los vivos, algunas veces los vivos les hablan a los que todavía no han llegado; en esa disyuntiva se encuentra la escritura, en los confines mismos de toda existencia pasada y por venir.

Motivos de un espacio

Cuando hablamos del espacio el sentido común nos lleva a pensar en astronautas, naves y satélites que recorren la galaxia; pero el espacio en general y los espacios en particular tienen relación aquí con los lugares que ocupan las mujeres y que fueron negados históricamente. Las mujeres espaciales salen del universo doméstico cerrado y delimitado por los poderes de turno para ocupar espacios laborales, políticos, económicos, artísticos, luchando por conquistar derechos en lo público y terrenal.

 

Liliana Bodoc (1958-2018)

Su nombre de nacimiento fue Liliana Chiavetta. Estudió Literatura Moderna en la Universidad Nacional de Cuyo y fue profesora de Literatura Argentina y Española, además de dirigir un taller de narrativa, trabajos que abandonó para dedicarse a escribir a tiempo completo. Con Los días del abuelo recibió la mención White Ravens; de su obra, en su mayor parte de fantasía épica desarrollada en culturas precolombinas, hay que destacar títulos como Los días del venadoLos días de la sombra y Los días del fuego, que juntos forman La saga de los confines. Autora de numerosos libros, el 4 de julio de 2018, la Cámara de Diputados de la provincia de Mendoza hizo un reconocimiento póstumo declarando el 21 de julio “Día provincial del libro infantil y juvenil” (Ley 9.079). El pedido se originó en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo, el texto dice que “Se pretende con esta celebración, propiciar en nuestra provincia la concreción de eventos especiales tales como encuentros con autores e ilustradores, concursos de cuento, premios para libros publicados entre otros; y una amplia difusión de su obra, especialmente en el ámbito educativo formal y no formal”. La primera celebración de este día en 2018, coincidió con el sexagésimo aniversario de su nacimiento.

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