A poco más de diez meses de verse obligado a cesar en su actividad debido a las medidas sanitarias dispuestas por la Pandemia de CoVid-19, el empresario Antonio Alvarez -de quien dependen las salas de exhibición de los Complejos Cine Rex y Cine Círculo- marca la imposibilidad de retomar la actividad en el corto plazo. En una entrevista con EL DIARIO, señala también contradicciones en medidas reglamentarias dispuestas por las autoridades y la falta de apoyo para este tipo de espacios.
Carlos Marín / [email protected]
Como el resto de espacios culturales, en 2020 los cines recibieron de lleno el impacto generado por la pandemia de CoVid-19. En Paraná, como en el resto de la provincia, las salas de exhibición están cerradas en función de lo dispuesto por el Estado. Sin espectadores, el sector, como otros, entró en caída libre y en zona de crisis tras once meses sin trabajar. “Estamos en terapia intensiva, con asistencia respiratoria”, señala Antonio Alvarez, titular del Cine Rex y el Cine Círculo para graficar la situación de estos espacios.
Este empresario y amante apasionado del cine, que además de Paraná posee salas en Concepción del Uruguay y otros puntos del país, es resiliente. Conoce del país y sus crisis a través de más de seis décadas. Pero la magnitud de la debacle actual generada por la CoVid-19 a lo que se suma la crítica situación social y económica, incrementa la magnitud de los desafíos que debe enfrentar para persistir en su propósito de sostener cines.
Pese a mantenerse sereno, este cinéfilo no deja de expresar su desconcierto frente al panorama inédito al que se enfrenta. Y –a diferencia de lo que ocurre en España, donde este fin de semana se reabrieron 98 cines- ve como “improbable” la reapertura de las salas de exhibición comercial en el país. Al menos a corto plazo.
“Nosotros dependemos de terceros, porque no disponemos del producto. Somos abastecidos por empresas trasnacionales de alcance global. Y eso nos condiciona”, confía Alvarez. “Hablamos de un producto comercial para el público en general, por lo cual –agrega-hasta tanto no abran los mercados que a estas trasnacionales les interesa –es decir el hemisferio Norte-, Europa, Asia, Estados Unidos, nosotros no tenemos perspectivas de retomar, porque falta un producto atractivo para ofrecer al público”.
En este panorama yermo, el empresario acepta que hay salas que han abierto excepcionalmente, pero, sostiene que en términos comerciales “el resultado ha sido magro”.
CONDICIONANTES
Para Alvarez, “hay tres factores con lo que hay que lidiar ahora, y si se hace la ecuación con ellos, el resultado es negativo”. Uno es el miedo, el otro es el dinero en manos de la gente, y el tercero, es la falta de producto. “De manera que si no logramos conformar una grilla atractiva”, con las condiciones actuales tan adversas, “es muy difícil reabrir”.
En relación al temor por el distanciamiento dentro de la sala, el empresario sostiene que si bien “la gente se quejaba del aforo, ese no es el problema”. En las salas “sobra espacio. No existe el problema de concentración de espectadores que podría darse en un estadio de fútbol por ejemplo. Nosotros estamos a años luz de eso. Por eso ese factor del aglutinamiento de público que podría pesar en otros ámbitos, diría que en los cines no sería de importancia”. Conocedor profundo del mundo de la industria del cine y sus vaivenes, explica que “en el año puede haber cuatro `tanques´, esos títulos que convocan a multitudes que se agolpan y que justifiquen tomar medidas excepcionales por el público”. En su mayoría estrenan en vacaciones de julio, con alguna excepción. Así que para Alvarez “el distanciamiento en las salas no es un problema, al menos en nuestro caso”.
La semana pasada, los primeros pasos para habilitar estos espacios en Buenos Aires, no generan mayores expectativas en el empresario. El jueves el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), difundió que reabrirá el Cine Gaumont –en Ciudad Autónoma- y los espacios INCAA que hay en distintas regiones país. “Esto –confío Alvarez a EL DIARIO- me genera preguntas sobre cómo van a manejar la situación, en particular en el Gaumont; porque cuando abra, y al resto de las salas de exhibición comercial de la Ciudad no se le den las mismas condiciones, es seguro que habrá quejas y reclamos”.
De todos modos, remarca “no creo que se abran las salas, por ahora porque se trata de espacios comerciales y como dije no tenemos producto para ofrecer”.
Por otro lado, Alvarez tiene la percepción que la situación en el sector “es bastante caótica. No hay, a nivel nacional, un manejo igual para todos. Si bien los teatros abren, los cines no.” “¿Por qué?”, se pregunta. Y responde: “Me dirán: `es que los actores tienen que ganar su dinero´; ¿y nosotros?… también”.
En este punto, estima que “con los protocolos adecuados, podría filmarse sin inconvenientes. Pero –reconoce casi con resignación-, son decisiones que no dependen de mí”.
AUSENCIAS
El empresario lamenta que “en cuanto a apoyos no hemos tenido ninguno. Localmente, en Paraná, el apoyo por parte del Estado ha sido cero, nulo”. Y no deja de marcar una distinción: “Ha sido un comportamiento diferencial el que hemos tenido en relación a otros espacios culturales como los teatros y otro tipo de ámbitos”.
“Al cine lo dejaron a un costado. De todas maneras, se entiende que no somos esenciales”, desliza con ironía. Y reclama: “Sólo queremos ser tratado en condiciones de igualdad”.
En diciembre pasado, se dio a conocer oficialmente que la provincia habilitaba las actividades culturales en cines y teatros con una capacidad del 50 por ciento. Entonces se pensó que podría retomarse la actividad. Pero para el empresario se trató meramente de una noticia fallida. Es que, explica, se estableció que la autorización dispuesta para reiniciar la tarea está supeditada al cumplimiento de las previsiones contenidas en el Protocolo de Actuación para la Prevención y Control del COVID-19. La normativa dispone que para el reinicio de las actividades previstas se debe contar con la habilitación municipal o comunal -según corresponda- que serán quienes fiscalizarán la correcta aplicación del protocolo y de las demás previsiones contenidas en la norma de forma coordinada con los órganos provinciales y nacionales según corresponda.
“Cuando conocimos esto –contó Alvarez a EL DIARIO- presentamos lo requerido en el protocolo ante las instancias municipales que correspondía y solicitamos autorización, no para abrir inmediatamente, pero sí a para cuando se reanude la provisión de producto (películas) de manera que cuando eso ocurra, tengamos todo en regla y no estemos limitados para retomar nuestra actividad”.
Pero ocurrió que el pedido ingresó para su estudio y aprobación en lo que se denomina “Nodo epidemiológico” y allí quedó. “Al ir a averiguar por una respuesta en relación al trámite, nos informaron que todo estaba en el Nodo, pero que éste se encontraba de receso. Me resultó paradójico, porque si en el medio de una pandemia un “Nodo Epidemiológico” está en receso… así que por ahora todo está en pausa”.
En ese panorama, la posibilidad de reapertura del Cine Rex y el Cine Círculo se limita a intenciones. “Tal vez un fin de semana pueda llegar a hacer una función con cine infantil a precios convenientes”, adelanta el empresario. “En especial para que la gente no pierda el hábito, la conexión con el cine”. Pero por ahora “son solo ideas”.
AMENAZAS Y OPORTUNIDADES
En 2020, ante la imposibilidad de estrenar los títulos previstos para la temporada pasada, y como una forma de paliar su situación, las grandes productoras decidieron romper el período de `ventana´ que existe entre un estreno y su difusión por plataformas como Netflix o Amazon, y alcanzaron acuerdos para presentarlos simultáneamente, como ocurrió en 2019 con “Roma”, la película del mexicano Alfonso Cuarón que fue premiada en la entrega de los premios Oscar.
En Italia, por ejemplo, el director de la Asociación Nacional de la Industria Cinematográfica Audiovisual y Multimedia (ANICA por sus siglas en italiano), Francesco Rutelli, anunció planes para modificar las regulaciones de exclusividad para el cine. Esto liberaría hasta 70 películas que podrían ir directo al streaming, sin pasar por el estreno previo en salas de exhibición cinematográfica y compensar las pérdidas económicas para el sector. Sin duda una amenaza para las salas de cine.
En ese aspecto, para Alvarez es prematuro calificar las consecuencias de la competencia que han generado para la industria productoras como Netflix y otras plataformas.
“Ayer otro empresario que está trabajando por streaming me contó que cuando comenzó con ese servicio, a mitad del año pasado, fue una explosión. Vendía entre cuatro y cinco mil tickets de cada espectáculo por función. Pero fue un fenómeno de corto alcance, que cayó muy pronto, porque la gente busca la presencialidad”.
Es probable, acepta Alvarez, que actualmente el streaming tenga ahora un boom importante. “Pero ese mercado se va a fragmentar, porque pronto ingresarán a Latinoamérica cadenas como HBO y Paramount, que se sumarán a Netflix, Disney +, Amazon Prime y otros. Estos monstruos de la industria están corriendo una carrera para ingresar al consumo hogareño en este momento de Pandemia. Cuando todas las plataformas estén a pleno funcionando, es claro que el público tendrá que elegir. Y creo que ahí la cosa va a cambiar, porque en función de la situación económica y los costos de estos servicios, es difícil que cada usuario pueda abonarse a todas ellas.
Por otro lado, hay otros factores de peso. “Tomemos el caso del largometraje `Trolls 2´, que se estrenó en plena pandemia por una de esas plataformas y recaudó 100 millones de dólares”, expone. “Obviamente las productoras quedaron conformes. Pero en el lanzamiento que habían previsto a través del cine antes de la CoVid-19, los montos de la recaudación quintuplicaban a los que alcanzaron por streaming”. Entonces, advierte el empresario, “cuidado, porque las compañías también están complicadas, y si bien han aprovechado este momento para achicar la ventana entre el estreno en cines y por plataformas de streaming creo que se puede llegar a complicar el negocio. Sobre todo entre las grandes multinacionales por los problemas que genera la piratería en países como los de la región”.
Asimismo, como un punto a favor de la actividad, Alvarez considera un factor que ha sido revalorizado en estos meses de aislamiento social: la importancia de encontrarse presencialmente con otros. A modo de hipótesis, plantea que a futuro, “podemos pensar en un `rebote´ que puede haber en asistencia a los espacios culturales, luego de la pandemia y el período de aislamiento. Sobre todo por la necesidad gregaria que tienen las personas de encontrarse; ese impulso que lleve a la gente a salir de sus casas para concurrir a espacios culturales a compartir un espectáculo con amigos, familiares, conocidos. Y eso, tal vez, pueda plantearse como una nueva oportunidad para las salas de cine”.
De todos modos, con los pies en la tierra, Alvarez repite: “a corto plazo veo improbable retomar la actividad”. Y lanza su pronóstico: “Lo más probable es que a mitad de año, cuando sea verano en el hemisferio norte, recomience el movimiento de productoras y distribuidoras; y allí puede que reverdezca ya que para ellos, la situación económica es difícil. Y para nosotros ya es inaguantable lo cual nos llevará –asegura con convicción- a reabrir las salas”.
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