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Un joven entrerriano fue asesinado y arrojado a un basural en Rosario

El cuerpo fue encontrado el martes, en medio de un basural; sin embargo, recién fue identificado el jueves. Se conoció que había ido a la ciudad santafesina a buscar trabajo. Tenía 26 años y era oriundo de Villaguay.

Un joven oriundo de la localidad entrerriana de Villaguay fue ejecutado de varios disparos el lunes por la noche en barrio Las Flores, en la zona sur de Rosario. El cadáver fue encontrado el martes a la mañana, en medio de un basural, cercano a una línea precaria de viviendas, ubicada a la altura de las calles Lirio y España. Los vecinos dieron aviso al 911 y recién fue identificado el jueves, a través de las huellas dactiloscópicas, ya que la víctima estaba en situación de calle y no portaba documentación.

La víctima se trata de Paulo Alejandro Maciel, de 26 años. Las pericias indicaron que recibió seis heridas de arma de fuego distribuidas entre la cabeza, la espalda y las piernas, según confirmó el fiscal Alejandro Ferlazzo, a cargo de la investigación.

Su identidad fue difundida por el Ministerio Público de la Acusación, organismo que además informó que su último domicilio fue la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez.

LA ZONA DEL CRIMEN

Ocurrió en “Ciudad perdida”, así es como llaman los vecinos a ese sector de asentamientos precarios del barrio Las Flores. Cuentan que el lugar creció mucho en los últimos años a partir de familias que se quedaron sin vivienda o personas que llegaron de otras provincias a buscar trabajo y apenas encontraron un lugar ahí, más afuera que adentro de Rosario.

Detrás del cruce de Lirio y España, a las espaldas de viviendas muy precarias que rodean un descampado que a su vez no es más que un basural. En este contexto, el fiscal expresó: “Los vecinos tienen temor. Hay casas cercanas al lugar del crimen. Ellos manifestaron temor a salir, a llamar, a involucrarse”.

MÁS DETALLES DE LA VÍCTIMA

Un medio de comunicación rosarino trazó un perfil de Maciel a partir de un informe de la red Puentes, dedicada al abordaje comunitario de consumos problemáticos, que lo cobijó durante un tiempo que no fue precisado.

El 8 de noviembre de 2018, la ONG le informó al Juzgado de Familia y Penal de Niños y Adolescentes Nº 2 de Concordia sobre la situación del joven, que había sido privado de la libertad por la justicia provincial en dos oportunidades. Cuando tenía 21 años empezó a transitar el centro rosarino y en el lugar realizaba talleres recreativos y de oficios, además de ser asistido por un equipo interdisciplinario para la atención individual, compuesto por una médica generalista, una psiquiatra, tres psicólogas, una trabajadora social y un abogado.

En los registros de ese momento figura que “el ingreso de Paulo se produjo de manera voluntaria, es decir, sin derivación de ninguna institución, siendo que él mismo refirió como lugar de procedencia Villaguay”.

En este sentido, dijo haber arribado a Rosario “a principios de 2018, con un hombre que le ofreció trabajo de albañil”. Luego de finalizar la changa de constructor, quedó en situación de calle y su lugar de residencia pasó a ser la terminal de ómnibus.

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