El gobierno nacional actualizó el listado de productos incluidos en Precios Cuidados. De un total de alrededor de 2.000 alimentos, el 1% es apto para celíacos. Desde la
Asociación de Celíacos de Entre Ríos aseguran que es urgente el control de precios libres de gluten.
Camila Gómez
En noviembre pasado, el gobierno nacional actualizó el listado de productos de Precios Cuidados, programa que congela los valores de una variedad de productos hasta el
31 de marzo.
Son cerca de 2.000 los productos incluidos en el listado: alimentos, bebidas, productos de higiene y limpieza. Sin embargo, tanto en la aplicación para celulares Precios Justos (disponible desde fines de diciembre) como en la web oficial, al seleccionar Entre Ríos y buscar alimentos sin trigo, avena, cebada y centeno (TACC), el algoritmo muestra
20 productos.
CELIAQUÍA
Según el Ministerio de Salud de la Nación, 1 de cada 100 personas es celíaca. Una dieta sin TACC es la única garantía de una vida sana para las personas con celiaquía, es una
enfermedad autoinmune y multiorgánica, que consiste en una intolerancia al gluten, presente en los cereales mencionados.
En Entre Ríos la ley de Enfermedad Celíaca, Nº 9.938 se reglamentó en 2011. Establece mecanismos de difusión, control, prevención y tratamiento, a la vez que otorga una
ayuda económica mensual en concepto de premezclas, harinas y otros productos procesados libres de gluten, una obligación de las obras sociales y prepagas.
La ley estipula un acceso equitativo a alimentos libres de gluten. Sin embargo, si uno va a cualquier supermercado de Paraná, notará que la góndola de alimentos sin TACC tiene
precios elevados: un paquete de fideos de 500 gramos cuesta de $290 a $700 (uno de trigo vale de $80 a $400) y un paquete de kilo de premezcla de harinas sin TACC vale
entre $600 y $1.800 el kilo, contra un promedio de $200 una de trigo.
INCLUSIÓN
EL DIARIO dialogó con Cecilia Pautaso, presidenta de la Asociación Celíaca de Entre Ríos y Defensora del Pueblo Adjunta para ampliar la información sobre el tema.
–¿Cómo evalúan desde la Asociación de Celíacos de Entre Ríos la actualización del listado de productos del programa Precios Cuidados?
–Es un reclamo histórico, es impresionante la falta de control en los precios de los alimentos libres de gluten. Esto se considera un retroceso. No es una elección ser celíaco,
para quien tiene el diagnóstico el consumo de estos alimentos es indispensable.
Hemos visto una merma importantísima en la variedad de productos y un aumento exacerbado que ha llegado a triplicar los costos en muy poco tiempo. Por ejemplo, una
de las premezclas libres de gluten de las marcas más reconocidas está de $1.500 a $1.800, que te permite hacer quizá dos panes y pasta para una sola persona. Tengamos
en cuenta que muchas veces hay más de un integrante celíaco en la familia y nadie hace a partir de solo una premezcla, hay que adosarle más ingredientes.
Hay cadenas de supermercado que deciden no traer determinado producto por temor a que se le venza, el cliente dejó de comprar la provista del mes porque, entre lo
que la obra social reconoce, que son $2.672, y los precios altos, compra 1 paquete de harina.
Esto debería actualizarse de acuerdo a los índices inflacionarios, no de acuerdo a la resolución que venga del Ministerio de Salud cuando estimen conveniente. Quien no tiene obra social y recibe la tarjeta Sidecreer tiene un monto un poco mayor, pero debería ser la misma cantidad
para todos. No nos resignamos a que siempre tengamos que pagar mucho más.
Un ejemplo claro lo da la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Córdoba, que bimestralmente hace un estudio de mercado sobre la canasta básica de alimentos y hoy es el único que calcula la canasta de alimentos aptos para celíacos: así como hoy una familia necesita $162.000 para no estar por debajo de la línea de la pobreza, en el caso de tener una persona celíaca el monto estimado es de $250.000.
–Como Defensora del Pueblo Adjunta en Paraná, ¿ha recibido reclamos por este tema?
–Recibimos muchos reclamos de celíacos recién diagnosticados que las obras sociales han evitado dar el reconocimiento por ley diciendo, en el caso de algunas prepagas, que le van a cobrar más por tener que darle el monto que significa sus alimentos.
Otros reclamos fueron porque tardan hasta 6 meses en reintegrar. Las obras sociales no entienden que un celíaco que no cumple con el tratamiento es un persona que hace
un gasto de salud mayor porque termina internado, ya que la transgresión ha hecho alguna complicación médica a partir de tener un organismo bastardeado por el consumo
de gluten.
Los que reclamaron en la Defensoría han encontrado una resolución de lo que se ha peticionado, bajo el paraguas de la ley y su reglamentación.
La ley provincial
–¿Se está implementando la ley provincial de celiaquía?
–Hay aspectos que faltan ajustar. Junto con la legislación tiene que haber un trabajo de concientización, de adecuación a cada espacio y de difusión. Es necesario el
incentivo a las empresas que produzcan alimentos libres de gluten, a los emprendimiento familiares.
También falta la difusión de la enfermedad celíaca a través de capacitaciones a profesionales de la salud en toda índole para que el diagnóstico no sea tardío.
Es necesaria la inclusión en las escuelas. Somos convocados por los docentes que tienen un alumno con celiaquía pero no porque desde el Consejo General de Educación, según
reza la ley, venga una directiva de trabajar la temática.
Respecto a los comedores comunitarios también se debe aportar para que sea más inclusivo. También vemos que siempre hay una necesidad de estar atentos para que se
contemple el lugar apto para celíacos en ferias y eventos.
Desafíos
–¿Cuáles son los ejes más urgentes a cumplir de la ley?
–Hay que fortalecer el Programa Provincial de Detección y Control de la Enfermedad Celíaca, que nació con buenas intenciones, con un consejo asesor y no se le dio la fortaleza
necesaria en el ámbito de salud para que sea un espacio de trabajo interesante. Hay que darle recursos para visitar cada localidad, con capacitaciones, y entrega de kits de reactivos
para la detección temprana.
Es urgente el control de alimentos y el estímulo a la producción. Debe haber un compromiso mayor del Estado.
El monto mensual asignado para gastos en premezclas tiene que ser relativo a la canasta básica de alimentos y con la celeridad que corresponde.
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